¿La persona o el problema?

Una de las cosas que hacen la quiropráctica tan estimulantemente diferente es que nos concentramos en la persona con el problema, no en el problema de la persona. Vemos sus oídos, garganta, estómago y el resto como un paquete total. Este “panorama general” está coordinado por el sistema nervioso.

Mientras que algunos piensan que la quiropráctica es solo para problemas de la columna vertebral, nuestro interés por la tuya reside simplemente en el hecho de que los nervios de la columna vertebral son los más vulnerables a la hora de ponerse en riesgo e irritarse. Las lesiones físicas, los trastornos emocionales y las toxinas químicas pueden afectar la forma en la que tu sistema nervioso funciona.

Dado que tu sistema nervioso controla cómo funciona cada célula, tejido y sistema de tu cuerpo, asegurar el correcto funcionamiento de tu sistema nervioso es la clave para la salud. No es la clave  tu presión arterial, controlada por el sistema nervioso; no tu pulso, controlado por tus nervios; y ni siquiera tu temperatura, controlada por el sistema nervioso.  Son efectos a tener en cuenta, pero en realidad son SÓLO los síntomas. Al igual que el sonido penetrante de una alarma de incendio, la causa es otra. Y precisamente lo que hacemos en la consulta es ¡trabajar sobre la causa!

Pensar en los quiroprácticos como especialistas de la columna sería como pensar en los médicos como especialistas del estómago, solo porque el medicamento entra en el torrente sanguíneo a través del estómago. Así que, mientras que nuestro enfoque parece que sea la columna vertebral, nuestro principal interés es la estabilidad de tu sistema nervioso.

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